viernes, 13 de junio de 2008

LOS RICOS CADA VEZ MÁS RICOS, LOS POBRES CADA VEZ MÁS POBRES: ¿QUIÉN TIENE LA CULPA?

“Sí un hombre da un golpe físico a otro y le causa tal daño que provoca la muerte, le llamamos a esto asesinato y si el criminal supiera, de antemano, que el daño va a ser mortal, llamaremos a este acto, crimen premeditado. Ahora bien, la sociedad pone a cientos de miles de trabajadores en una situación tal que, inevitablemente, están condenados a una muerte tan violenta como la del que muere por efecto de la espada o de una bala; sí la sociedad priva a millares de su de sus miembros de las condiciones necesarias de vida y los coloca en una situación que no pueden vivir; si los mantiene en esas condiciones con el fuerte brazo de la ley hasta que les llega la muerte como consecuencia inevitable de esa situación; sí la sociedad sabe perfectamente, que esos millares de individuos deben caer victimas de tales condiciones y, sin embargo, no pone fin a este asesinato exactamente como el que comete un individuo, sólo que más oculto, pérfido, un asesinato contra el que nadie puede defenderse, y que es obra de todos y de nadie, porque la muerte de una víctima parece natural y porque no es tanto un pecado por acción como por omisión, y con todo, no deja de ser por ello un asesinato”. (Shishkin A. F. Ética Marxista, p. 337) ¿Cuáles son las causas de todos estos asesinatos, miseria, hambre, desnutrición, falta de acceso a la salud, corrupción, narcotráfico y pobreza? Es obvio que mientras vivamos en una sociedad fundamentada en la propiedad privada sobre los medios de producción y obedeciendo únicamente a las leyes del mercado y a la voracidad de los capitalistas, mientras la ganancia sea el móvil de la producción y los seres humanos estén en el segundo plano; los asesinatos, continuarán aumentando y la desesperanza se irá apoderando, en mayor medida, de las mentes de los hombres y mujeres que hemos sido sometido a los designios del sistema capitalista. Sin embargo, hoy es cuando los hombres y mujeres no debemos dejar que esa esperanza muera porque eso sí es peligroso porque dejaríamos a sus anchas a aquellos que siempre han luchado por imponer su dominación absoluta a los más débiles. Por lo tanto, no podemos dejar tampoco de reflexionar sobre nuestra vida, nuestra realidad social, por eso hay que preguntarse ¿Cuántas enfermedades son producidas por la repulsiva sed de lucro de la burguesía? Las mujeres quedan incapacitadas para procrear; los hijos quedan lisiados; los hombres, sin fuerzas; los miembros quedan lacerados y generaciones arruinadas, agotadas por las enfermedades y todo ello para llenar los bolsillos de lo burguesía.
Cuando miramos en las calles a millares de niños y niñas a temprana edad hueliendo pega, pidiendo, fumando marihuana etc., niñas menores dedicadas a la prostitución; a la delincuencia común y organizada; cuando observamos diariamente a millares de salvadoreños y salvadoreñas escudriñando los recipientes de basura para extraer de allí los desperdicios para subsistir. Entonces nos damos cuenta de lo cínico, demagógicas, antipopulares, antidemocráticas que resultan los discursos de los gobernantes y funcionarios que “hacen discursos y que el pueblo los entiende” como diría Oswaldo Escobar Velado, cuando se dirigen al pueblo diciéndoles que están trabajando para mejorar las condiciones de vida de los pobres. Mientras, tasas de pobreza se profundizan.
Da coraje también cuando estos “dizque” gobernantes, sin escrúpulo se enriquecen con los bienes del pueblo; mientras este mismo pueblo se muere de hambre, se hunde en la miseria, carajo ¿Qué clase de hombes son estos que no tienen lo más mínimo de moral?
Sin embargo, cuando el pueblo se levanta en protesta ante tal situación, saltan los ideólogos, los sirvientes y lacayos del capitalismo, afirmando que esas actitudes, que ese comportamiento atenta contra la democracia, la institucionalidad y la moral del pueblo.
Por otra parte, el burgués, los pequeños burgueses y los intelectuales vendidos al capitalismo sólo cierran los ojos ante estos hechos indiscutibles; porque sus ojos están puestos en la economía de libre mercado y, cualquier comportamiento que no encaje con ese pensamiento es considerado como inmoral o en el peor de los casos comunista desfasado. De igual manera, se comportan los intelectuales, pequeños burgueses que se sostiene con las migajas que dejan los capitalistas; pero son incapaces de denunciar de denunciar la triste realidad que viven millares de salvadoreños y salvadoreñas porque ellos y ellas han sido templados en los mismos crisoles de la inmoralidad para continuar el asesinato en masa de muchos miles de hermanos y hermanas salvadoreños.
INTERROGANTE EN TORNO AL DOCUMENTO.
¿Es moral el sistema capitalista?
¿Quiénes son los asesinos del pueblo salvadoreño?
¿Es ética la actitud de los intelectuales ante la incapacidad de denunciar la realidad que viven los salvadoreños?
Cuál debería ser la actitud de los salvadoreños y salvadoreñas para combatir al sistema capitalista?

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