viernes, 13 de junio de 2008

LA HISTORIA Y NOSOTROS

INTRODUCCIÓN.
No hay duda de que cuando se suscitan acontecimientos como los resultados de las elecciones de marzo del presente año; se genera un pensamiento desconcertador en la mayoría de la población consciente. Esto sucedió sin lugar a dudas después de haber escuchado los resultados de las mismas. En consecuencia, surge un pensamiento tan profundo que se apodera durante largo tiempo en nuestras conciencias y el cual muchas veces nos lleva a asumir una actitud de indiferencia, otras veces a perder nuestra dimensión histórica por la que se ha venido luchando y debemos continuar luchando.
Es obvio que ante la derrota nadie sale fortalecido. Sin embargo, cuando se tiene conciencia de clase y memoria histórica esos acontecimientos sólo deben de servir para templar nuestra conciencia y tener la valentía de evaluar y corregir los errores que se hayan cometido.
Ahora bien, la dialéctica materialista nos enseña que la historia de un pueblo no se escribe de una sola vez; sino que esta es el fruto de una lucha sin tregua, sin parar. Es una lucha en la que las clases dominantes tienen mayores y mejores recursos para impedir que las clases oprimidas logren de una vez su liberación. Por esa razón los hombres y mujeres que tenemos memoria histórica, jamás debemos de asumir una actitud derrotista y fatalista. De ahí la necesidad de conocer la historia, nuestros orígenes, nuestras raíces, nuestros valores, tradiciones y cultura. Pero ¿QUÉ ES ESO DE MEMORIA HISTÓRICA?
La memoria histórica de un pueblo, definida de manera sencilla es no olvidar lo aprendido, aquellos valores morales, tradiciones, hechos que al pueblo le ha costado sudor, lucha e incluso sangre, es no perder nuestra identidad, lo que nos hace auténticos y originales. Tener memoria histórica es luchar junto al pueblo oprimido por rescatar la justicia social, la democracia y que se haga realidad y no un slogan publicitario de las clases dominantes y de los funcionarios de turno. Tener memoria histórica es no repetir los errores del pasado.
El objetivo de este documento es proporcionar un concepto aproximado de memoria histórica, que nos permita sobre esta base discutir los términos de la historia y evitar en lo posible impartir una historia superficial, sino aquella que nos lleve a conocer nuestras raíces y asumir una opción de clase como tal.
EL HOMBRE SIN MEMORIA”.
Imaginemos por un momento al personaje de la novela de Franz Kafka, la Metamorfosis. Un día se despertó convertido en un insecto.
Cambiemos un poco el símbolo y en vez de convertirlo en insecto quitémosle la memoria. Y bien, nuestro Gregorio Samsa un día se despertó sin memoria: de pronto como dicen la gente común, “se le borró la cinta”. Nuestro pobre Gregorio es ahora el más débil de los hombres: no recuerda nada, ni quien es, ni de donde vino, no tiene un cuadro referencial que lo ubique en una familia, una clase social, un trabajo, un país, un tiempo histórico. Es peor que un bebe, dado que este cuenta con toda una vida por delante, en cambio Gregorio ha desperdiciado (puesto que no lo recuerda) un pasado que no volverá. Y ello implica que matemáticamente tiene menos años por vivir. Puede llegar un buen psiquiatra e intentar su cura, en tanto se esfuerza por enseñarle (reenseñarle) si quiera lo elemental para que pueda sobrevivir en esta sociedad.
Pero puede suceder lo contrario: que alguien – o algunos – lo manipulen a su antojo, lo exploten y roben, lo conviertan en un esclavo o un criminal. Por otra parte, esa página en blanco que es todo su pasado podría rescribirse o mancharse. De cualquier manera, Gregorio es un ser indefenso, débil y dependiente.
Traslademos este ejemplo, de Gregorio a un pueblo cualquiera. ¿Qué pasaría a un pueblo sin memoria, a un pueblo, en otras palabras, sin historia? Por ejemplo, El Salvador, que ha perdido sus costumbres, su identidad cultural, su personalidad como pueblo y se ha transformado en un instrumento de las clases poderosas. Más aún, hoy que en El Salvador, ni siquiera cuenta con su propia moneda después de la dolarización, hoy que los gobiernos de ARENA han entregado y pisoteado la soberanía nacional. Momentos en que la soberanía es mancillada por los países hegemónicos, con la complacencia desde luego de los gobernantes que sólo obedecen los dictados de Estados Unidos pero en ningún momento los del pueblo. Alguien dijo hace muchos años que “los países que no aprenden de su historia están sujetos a repetirla”
Esta situación la acabamos de experimentar en las elecciones para presidentes en marzo de este año. Un pueblo que vive una miseria extrema, hambre, desnutrición, analfabetismo, delincuencia, corrupción, y que todo esto es el resultado de muchísimos años de injusticia, a este pueblo lo volvieron a dormir con falsas promesas, mentiras, terror y miedo. ¿A hora este pueblo tiene que repetir su historia y soportar otros cinco años más de sufrimiento.
¿A Qué se debe la ingenuidad de este pueblo? Al inicio de este documento planteábamos la parábola de Gregorio Samsa, que había perdido la memoria y que por eso era un ser débil y fácil de manipular. Pues esta es la situación del pueblo Salvadoreño. Ha perdido su memoria histórica y ahora no sabemos quienes somos, de dónde venimos y hacia donde vamos. Como dice el poema de Oswaldo Escobar velado, patria exacta” Esta es mi patria, un montón de hombres; millones de hombres; que no saben siquiera de donde viene el semen de sus vidas inmensamente amargas”. Esta es mi patria: un río de dolor que va en camisa y un puño de ladrones asaltando en pleno día la sangre de los pobres” Cuando un pueblo olvida o desconoce su historia, cuando de manera intencional las clases dominantes como lo hacen hoy en día tratan de distorsionar los hechos, lo que en el fondo están buscando es borrar la memoria histórica de un pueblo. Porque un pueblo sin memoria histórica es como Gregorio Samsa, débil, sometido, indefenso y le toca bailar al son que los países hegemónicos le imponen. Cuando un pueblo, pierde sus valores tradicionales, sus costumbres, su idiosincrasia, sus creencias y asume otras a jenas a su cultura pierde su identidad y se niega como pueblo.
Esta situación la podemos llevar al plano profesional y el fenómeno es el mismo, un profesional que ha perdido su referente histórico, sus valores está más cerca de convertirse en una veleta, fácil de manipular, en lobo del hombre.
Cuando este fenómeno se da lo más probable es que tienda a buscar identificaciones (imitaciones en otros pueblos, o explicaciones absurdas e ilógicas) en otras Historias. Esto lo llevará a una dependencia cultural, paso importante para la dependencia de los demás niveles (o si se quiere, culminación de las demás dependencias previas).
Surge entonces algunas interrogantes como estas: ¿Qué le sucede a los salvadoreños y salvadoreñas en la actualidad? ¿Cómo es posible que hasta hace unos cuantos años la historia nos la escribían los extranjeros y muchas veces la escribía de acuerdo con los intereses de las clases dominantes? ¿A acaso la profunda ignorancia y alienación que padece el pueblo Salvadoreño no es el resultado de la falta de ese referente histórico? ¿No es cierto que aún en la actualidad hay personas entre ellos profesionales que dicen y para qué estudiar la historia? ¿No es cierto que todo lo que viene del extranjero lo aplaudimos y lo valoramos hasta limites exagerados pero rechazamos lo nuestro por considerarlo de baja calidad?
No hay dudas que somos una cultura con ningún referente histórico y por eso somos presa fácil del dominio que ejercen las grandes potencias capitalistas sobre los países atrasados; que poco a poco han ido creando una seudo cultura masificada que cada día se Ha ido imponiendo en todos los países del mundo.

¿QUÉ ES LA MEMORIA HISTÓRICA?
La memoria histórica de un pueblo, puede ser definida de manera sencilla, es no olvidar lo aprendido, es decir, aquellos valores, tradiciones, creencias, hechos que al pueblo le ha costado sudor, lucha e incluso sangre, es no perder nuestra identidad, lo que nos hace ser como somos y no otros, es también no olvidar nuestras raíces, nuestro origen histórico. Tener memoria histórica es luchar junto al pueblo oprimido, por construir una sociedad justa y democrática. Una sociedad en la que todos podamos vivir con dignidad y oportunidades.
No hay duda que en este país ya somos muchos los que no hemos perdido la memoria histórica, pero hay una buena cantidad de personas que repiten la memoria histórica dominante. Ya que como se decía en la introducción hay dos tipos de memoria: una de las clases dominantes y otra de las clases oprimidas.
Ustedes son testigos de la historia dominante que nos tratan de vender por los medios de información. Por ejemplo, hace algunos años recuerdo que se transmitía un programa en el canal dos de televisión se llamaba “hoy en la historia” en el se hacía un recuento de los hechos más relevantes de la historia mundial. Sin embargo, nunca se nos explica porque sucedieron los hechos, porque lo importante no es saber que sucedió sino por qué sucedió. Porque memoria histórica no es saber que color era el uniforme de los soldados de la primera y segunda guerra mundial, o cuáles eran los tipos de aviones, que bombardearon Irak hace algunos años o quien fue la mis universo de El salvador, en el año de 1975, tampoco es memoria histórica, la vestimenta que traía puesta Cristóbal Colón con sus tres carabelas.
Ahora bien, si el recuerdo no contempla una visión holistica de la historia no se le puede llamar memoria histórica. Para que se pueda asumir como memoria histórica debe al menos ser una interpretación científica de las causas que originó a dichos fenómenos. Por que no es lo mismo decir que las causas del conflicto en El Salvador, se debió a la intervención de Nicaragua y la Unión Soviética sin considerar las contradicciones sociales internas que se estaban dando en nuestra sociedad.
No obstante, hay que destacar que ese recuerdo puede resultar sumamente peligroso cuando se asume una historia lineal sin causas, por ejemplo, cuando una persona no conoce las causas reales de los acontecimientos la historia se deforma, así para algunas personas, que aunque están viviendo en la miseria, hambre y que más de alguna vez han sufrido las embestidas de los cuerpos represivos ( Guardia Nacional, Policía de Hacienda, Policía Nacional en épocas pasadas) puede creer que eso es natural, por que para eso están. Para poner orden. Por otro lado, van a tildar de desestabilizadores a todos aquellos que luchan por construir una sociedad más justa. Mientras esa gente no tenga una explicación científica no pueden ni van a cambiar su actitud y continuarán sin memoria histórica.
Las clases dominantes no solamente nos tratan de imponer sus designios sino que además, tratan por todos los medios de borrar de nuestra mente cualquier indicio que nos lleve a conocer nuestras raíces históricas ya que ese es un medio para que nos enteremos de lo que éramos; por eso no es casualidad que a la llegada de los españoles a tierras de América destruyesen todo lo que encontraban a su paso con el propósito de borrar cualquier vestigio de la cultura aborigen.
Por esa misma razón observen ustedes que poco a poco ha ido desapareciendo la enseñanza de la historia en El Salvador, aunque en la Constitución de El Salvador, se establezca la obligatoriedad de la misma.
“Recordar que un día fuiste libre es peligroso para el que hoy se aprovecha de tus cadenas” ( WWW.Google.com. Pedro García. La memoria histórica).
Pero sí analizamos la otra cara de la moneda nos damos cuenta que la memoria histórica de las clases oprimidas “es un instrumento básico e imprescindible para identificar las causas de la opresión, del dolor, de la guerra, de la dominación. Un pueblo que guarde memoria histórica es un pueblo dueño de sus destinos”. (Ibíd. P. 4)
En consecuencia, eso es algo que hay que impedir a toda costa, para ello las clases dominantes invierten cantidades exorbitantes para evitar que el pueblo conozca su realidad histórica.
La recuperación de la Memoria Histórica es el primer paso para recuperar nuestro futuro como pueblo libre y dueño de su destino.

ACULTURACIÓN HISTÓRICA Y SUS EJES IDEOLÓGICOS.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA. El mensaje general y el objetivo es el mismo. Destruir nuestra identidad. Ponernos la suya para sojuzgarnos mejor. ¡Dale a la cabeza y lo demás cae sólo! Ese es el lema básico en esta estrategia generalmente disfrazada de cultura, entretenimiento, diversión o Ciencia.
ENFOQUES PRETENDIDAMENTE SERIOS DE LA HISTORIA. Los intelectuales de las potencias manejan una Pseudo Ciencia, ya que:
Suponen que la historia es sólo una sucesión de acontecimientos sin ninguna relación entre sí, en donde la causalidad es reemplazada por la casualidad.
INTERPRETACIÓN CAUDILLISTA. Estas teorías euro centristas consideran imponen su propia manera de analizar la realidad de los pueblos atrasados y llegan a diseñar modelos de interpretación partiendo de sus realidades y no de las nuestras de ello se desprende el molo “caudillista”que considera que son los “grandes hombres” los que hacen la historia. Bajo este paradigma nos dan a entender que el capitalismo es un sistema eterno que no tiene por qué cambiar su esencia.
Sí ese es el enfoque supuestamente científico, cuando hablamos de “cultura de masas”, a través de los medios de información nos encontramos con otros ejes ideológicos aún más burdos:
Primacía de los Estados Unidos y algunas potencias europeas sobre el resto del mundo.
CONSUMISMO. Espejo ideal de la vida. La mejor forma de vivir para todos, según esta visión, es tener coche, aparatos sofisticados y tarjetas de crédito. Todo lo demás sale sobrando (principalmente la cultura). Consumir es realizarse, trascender.
VIOLENCIA. La fórmula diariamente a través de cuantos canales de de información existen, la violencia se enseñorea como modelo machista de dirimir conflictos. Por ejemplo, las películas de Silvestre Stallone, son las más taquilleras a nivel mundial y otras películas más de la actualidad que son vivo ejemplo de la violencia que se nos impone sin que nos demos cuenta del grave daño que les causa no sólo a los niños sino a los adultos mismos. Sin embargo, en este mar de violencia dirigida, lo único no permitido, criticado, condenado es la que ejercen los pueblos para su liberación, la violencia revolucionaria.
El hombre “juguete del destino”. En muchos mensajes y contenidos de esta industria cultural se esconde la idea de que el hombre nada puede hacer contra las fuerzas ajenas a él, que al final de cuentas se le imponen “la suerte”, “el destino”.
Según esta concepción de la historia, esta no es nada más que una colección de antigüedades, pero sin nada que la relacione con el presente.
No hay duda que este es el enfoque que ha prevalecido históricamente en la educación oficial. En la que nos enseñaron que la historia la hacen los “grandes héroes”. Pero nunca nos dijeron que la historia la hacen las masas populares quienes ante la precaria situación que viven en un momento determinado de la historia, asumen el compromiso de transformar las estructuras de la sociedad, por considerarlas injustas y caducas.
En síntesis comprender la historia no es simplemente explicarla, es en primer lugar conocer lo que fuimos, somos y seremos, es asumir el reto y desafío de no dejar las cosas como están sino avanzar a peldaños superiores.
Comprender la historia es además, no reducirla al conocimiento de la misma de forma personal, familiar; sino captarla como parte de un todo social e histórico.Aprender Historia, estudiarla, criticarla, finalmente hacerla en el sentido más amplio: como obra de transformación hacia metas más humanas.

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